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miércoles, 28 de junio de 2017

Wretch : cuando la muerte ronda a tu alrededor


Cuando el bajista Jason McCash salió de la banda doom The Gates of Slumber, al poco tiempo el guitarrista y vocalista Karl Simon decidió terminar al grupo. Para continuar por el camino musical, Karl creó a Wretch mientras McCash recuperó algunos temas que había creado para interpretarlos con un nuevo grupo, pero su fallecimiento en 2014 rompió cualquier proyecto y ahogó en una depresión a su ex-compañero. Bajo esta atmósfera, Simon compuso el álbum debut de Wretch, un disco lleno de coraje, drogas y recuerdos que logró poner su nombre de nuevo ante los reflectores de los sonidos densos y distorsionados.

En el año de 2013, Karl Simon fundó en Indiana, Estados Unidos a Wretch con la intención de recuperar la fuerza perdida en su primera banda tras el paso de los años, por lo que orientó a su nueva banda hacia el sonido de las bandas más importantes dentro del doom como Saint Vitus, The Obsessed, Witchfinder General, Cathedral y los eternos Black Sabbath. Fue así que reclutó al joven bajista Bryce Clarke y al baterista Chris Gordon, quien en algún momento formó parte de The Gates of Slumber. 


En pleno proceso de composición de los temas que conformarían el primer disco de Wretch cuando Simon se entera del fallecimiento de ex-compañero Jason McCash por el abuso de drogas. Si desde un inicio el idea del guitarrista era crear una colección de fuertes riffs que cayeran como losas del cielo, las líricas terminarían ahogadas en dolor y pena por el amigo muerto. Los seis temas propios son una colección de golpes que poco a poco nos hunden en los más profundos abismos, y por si ello fuera poco, el cover a un tema del Rocka Rolla de Judas Priest termina por demostrarnos de la capacidad demoledora de una banda buscado recuperar la fuerza perdida por medio de la muerte.

Durante el proceso de grabación de homónimo álbum debut en el estudio The Music Garage, Karl Simon sufrió nuevamente la partida de otro ex-compañero de The Gates of Slumber. Ahora sería el baterista J. Clyde Paradis quien dejaría este plano de realidad, sumiendo más en la depresión al líder de Wretch pero otorgándole más rabia al sonido de su material, mismo que vería al fin la luz en los últimos días de agosto de 2016 por medio de Bad Omen Records.


Wretch es un álbum hosco y crudo que arranca con un obligado homenaje a McCash por medio de la inaugural "Running out of days" y termina con la desgarradora y abismal "Drown" mientras las guitarras se convierten en cenizas en los fuegos eternos del infierno. Sin embargo, el disco bien nos ofrece por una parte los juegos psicodélicos a la Sabbath de "Blood finger" así como por otro lado los hipnóticos acordes colosales de Icebound. En pocas palabras, el primer material de la banda de Indiana es una muestra de lo que es el doom metal en el nuevo siglo: cuerdas que se deshacen a cada rasgueo, una batería que sabe jugar con los tiempos y unas líricas ahogadas en fatalidad y perdición.

Como una muestra perfecta de lo que es la banda y su concepto sonoro, escogemos su segundo track. "Rest in peace" está construida a partir del riff más agresivo que pudiera imaginar Tony Iommi para lograr desgarrar las bocinas. Las percusiones tribales golpean como si fueran parte de algún ritual pagano mientras el bajo acompaña la figura original para permitir que la guitarra explote en un solo ahogado en wah. Mientras Karl Simon solicita que lo dejen descansar en paz, los instrumentos quiebran la melodía para que los rumores de esta alma en pena se escuchen dentro de la muralla de sonido que levanta la banda a cada segundo. Una vez que se ha liberado al espectro, todo termina en un sobrevuelo por los abismos del purgatorio hasta que logra avanzar hacia lo que le tiene deparado el destino.

"Estoy en un camino hacia ninguna parte, nadie es mi nombre y nada me importa. Los finales son siempre iguales. Arrojé mi futuro pero no pude escapar de mi pasado. Lamento mi única compañía con la que mi eché mi destino. Las palabras me han servido para atarme y conducirme como un esclavo, para conducirme entre las salas y las tumbas. Ahora ruego por silencio, podría morir por descanso, yo daría todo por liberarme. Mi vida fue hecha por mí mismo, mía y en soledad conmigo, una cruz para cargar y una pesada losa. Los sueños que tuve seguramente murieron pr hablar de una esperanza, por decir una mentira. Déjame libre, déjame descansar en paz..."


Wretch se encuentra en estos momentos componiendo lo que será su segundo disco, por lo que han abandonado los escenarios para concentrarse en ello. La muerte que acompañó al debut se ha quedado encerrada en él, así que deberemos de esperar cuáles serán los tópicos que acompañen a los nuevos temas. El sonido de la banda está más que definido, algo que debemos agradecer los amantes del doom más clásico; sin embargo, un grupo con toda la fuerza como la que lidera Karl Simon no puede dejarnos de sorprendernos una y otra vez...



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