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viernes, 28 de abril de 2017

The Wizard : la mirada retrospectiva de un hechicero


El recuerdo por el tiempo transcurrido pasa frente al hechicero como un cúmulo de imágenes, fragmentos de vida que otorgan sentido a su existencia, momentos de aprendizaje que se convierten en conocimiento. Las extrañas voces que se escuchan bajo el tenue brillo de la noche rememoran lo ocurrido para tomar fuerza, la naturaleza ha cobrado vida propia hasta que la fantasía envuelve la atmósfera bajo un sopor de intriga y temor que la obscuridad hace crecer aún más. Las sombras formadas por el fuego de la hoguera bailan y cantan alrededor de aquel brujo que ha logrado encontrarse consigo mismo bajo un ritmo eléctrico que explota en su interior como una granada de notas infecciosas y adictivas.

Han pasado varios años desde que en un pequeño y encantado pueblito mexicano cercado por brujas y nahuales, cuatro espíritus se entregaron a los caminos sin retorno de la creación bajo el velo de la magia y la obscuridad. Atrapados por el poder de la montaña, estas entidades se han puesto en contacto con el universo a través de cantos y acordes que narran el penar de las almas perdidas, sobre los misterios escondidos en el manto de la noche y sobre los mórbidos pensamientos que ahogan la mente humana entre el odio y el placer. La congregación se ha hecho llamar The Wizard y al fuego de su ritual nos entregamos entre danzas y alabanzas...


Hace unos días fue presentado el video oficial de "Fausto", tema que forma parte del EP que The Wizard grabó a mediados del mes de septiembre de 2015 en el mítico The Warehouse Studio, espacio donde han trabajado grupos tan variados como Monster Magnet, AC/DC, Muse, Slayer o R.E.M. Bajo la supervisión técnica, mezcla y masterización del material realizadas por Jason Finkel, los chicos originarios de Mextepec, Estado de México tuvieron la oportunidad de viajar hasta Vancouver, Canadá para registrar dos temas gracias a que la marca Converse los escogió dentro de su campaña de apoyo a nuevas propuestas musicales llamada Rubbertracks.

En dicho trabajo visual realizado por Capitán Estudio, podemos observar una recopilación de imágenes con diversos instantes de la banda sobre los escenarios en conjunción con algunas tomas realizadas durante las sesiones de grabación en The Warehouse Studio. Pruebas de sonido, afinación de instrumentos y anécdotas vividas en los traslados hacia los eventos nos sirven de prueba fehaciente del esfuerzo realizado por grupo nuevo que busca hacerse de un espacio dentro de la escena mexicana con un proyecto sonoro propio basado en el occult rock y uno que otro instante fugaz cercano al doom, al stoner, al hard blues y a la psicodelia.


Los rostros que se observan en los miembros de este aquelarre durante el video muestran la satisfacción de alcanzar un mágico sueño, pero lejos de lo que le podría ocurrir a cualquier banda en su circunstancia, el hechicero regresa la mirada a sus huellas marcadas en el suelo y agradece a las estrellas y entidades que han formado parte de su crecimiento, sabiendo bien que aún falta un paso final para terminar su transformación mística: la publicación de su álbum debut.

Los tres brujos y la bella sacerdotisa repasan cada momento para saborear lo que será su salto final hacia el abismo, aquella prueba que demuestra su devoción por aquel demonio que llamamos música. Ya hemos compartido las pruebas que The Wizard ha realizado como muestras de lealtad, ya sea con su demo publicado en enero de 2015 (reseña-review) y obviamente con su Converse Rubber Tracks Sessions que fue presentado en mayo de 2016; así que sólo nos queda esperar que aquellos cuerpos muten en bolas de fuego que crucen la noche para aferrarse a nuestros sentimientos a través de nuevos himnos llenos de misterio, búsqueda y obscuridad.

Más allá de la retrospectiva que nos ofrece este recuerdo visual, es necesario rescatar el valor que tiene "Fausto" como un tema que muestra el crecimiento de The Wizard dentro de la composición alrededor de su concepto sonoro. Este track está inspirado en la leyenda europea sobre un hombre que al desear el conocimiento ilimitado y los placeres mundanos, ofrece su alma al demonio. La duda y la insatisfacción sirven de semilla para la tentación, llevando a Fausto a realizar un pacto con Mefistófeles quien le ofrece cesar su tormento a cambio de una eternidad en los infiernos tras su muerte. El arrepentimiento se entremezcla con la libertad y el goce, mostrándonos la complejidad de la naturaleza humana entre su obsesión por saber y la libertad más allá de los límites que establece la lucha entre el bien y el mal.


"Fausto" es un endemoniado monstruo sonoro de riff directo y sin contemplaciones que se muestra ante nosotros desnudo y poderoso. La guitarra de Jhon Medrano tiende su la mano para ofrecernos el pacto diabólico que aceptamos inmediatamente al escuchar los palpitantes golpes de la batería de Pedro Alvarado y las serpenteantes figuras del grave bajo de Jorge Medrano. Sin embargo, cuando escuchamos la mágica voz de Karla Jiménez nos transportamos a los obscuros pasillos de la mente de un hombre tentado por cumplir sus deseos. La fuerza de la melodía nos azota con intensidad hasta lograr un viaje onírico de raíces ácidas con la intención de hacernos chocar contra las estrellas del firmamento, un salto cuántico que hace conversar al repudiado pasado con el futuro prometedor, un relámpago que ilumina la noche con su descarga eléctrica y cimbra los suelos con su distorsión desgarradora.


El terremoto hecho palabra tan sólo puede agradecer la mención del brujo en este hechizo gráfico llamado "Fausto", aunque su movimiento telúrico busca despertar aquellas almas somnolientas que no han encontrado las odas que otorguen paz y remanso. Nuestras letras se encaminan hacia el hechicero porque él forma parte del esfuerzo que realizan esos raros y escasos entes nocturnos que están construyendo un hermoso mundo de sonido, leyenda e imaginación que ahogue al universo vacío del hombre. Ahora sólo queda esperar su siguiente conjuro que conquiste a las estrellas...


miércoles, 26 de abril de 2017

Cloud Catcher : energía, cosmos y jam session


"La espada que ha sido forjada en el fuego obtiene su fuerza de las brasas. El guerrero astral canta y corea sobre un bosque cósmico que resguarda al trono místico. Sus cenizas llenarán este valle y desde su tumba la cosecha será cosida. El crepúsculo se desvanece ante sus ojos y los culpables serán los que temen a lo desconocido. Los vientos del amanecer están aullando, preguntan por su nombre en la obscuridad de la noche. El invierno viene por su vida mientras el frío es el acero que terminara con su batalla..."

Con estas galácticas frases que hablan sobre luchas estelares e iluminan la impresionante obscuridad del universo comienza el Trails of kozmic dust de Cloud Catcher, un power trio americano que bajo el concepto de "cosmic heavy rock" han creado un sonido explosivo lleno de notas nacidas directamente del jam que valen la pena escuchar y disfrutar de su poderosa energía.


Cloud Catcher nació en la ciudad de Denver, Colorado en mayo de 2013 a través de la figura del guitarrista y vocalista Rory Rummings, quien tuvo la iniciativa de formar una banda que recuperara el sentimiento y la emotividad del viejo hard rock de bandas como Budgie, Black Sabbath, Sir Lord Baltimore y del Grand Funk Railroad antes de su caída tras la incorporación de teclados. Fue así que se sumaron al proyecto el baterista Jared Soloman Handman y el bajista Andrew Van Deusen con quienes grabó inmediatamente un EP titulado Colossus.

Poco a poco la banda fue estableciendo su sonido, pero no fue con la entrada de Kam Wentworth para hacerse a cargo de las cuatro cuerdas y apoyar en las voces a Rummings que Cloud Catcher se consolidó como un verdadero power trío. Gracias a las sesiones de ensayo con la nueva formación del grupo fue que lograron la construcción de los temas que formaron el Enlightened beyond existence, su álbum debut que fue publicado en junio de 2015 y nos da una muestra de lo que podrían ser capaces; aunque dicho material no logra definir su idea musical al intentar abarcar diferentes estilos.


Sin embargo, Cloud Catcher no abandonó el trabajo en el cuarto de ensayos y poco a poco fue logrando un sonido más completo basado en su fuerza sonora y el ingenio para crear figuras melódicas a través del jam y la improvisación. Ya con un buen puñado de temas, la banda se fue a Visalia, California en marzo de 2016 para grabarlos en The Cornfield Recording House con Cody Tarbell, baterista de Slow Season. Si su capacidad en los controles técnicos fuera poco, Tarbell fungió como ingeniero de sonido con la intención de captar todo la potencia que tiene el grupo sobre los escenarios y para registrarlo en las cintas. Ya con el material terminado, todo se envió a los estudios Heavy Head para que gran Tony Reed de Mos Generator lo puliera con su masterización. 

El resultado de este gran trabajo de estudio es Trails of kozmic dust, disco que salió a la luz hasta marzo de 2017 bajo el sello francés Totem Cat Records y que realmente logra el despegue de la banda gracias a las ocho granadas que en él se incluyen. El sonido de este disco nace de las viejas glorias del hard blues psicodélico de finales de los sesentas ya que recupera la calidad interpretativa de Cream, la ácida magia de The Jimi Hendrix Experience y la ruidosa distorsión de Blue Cheer. Además, a este rescate sónico se suma la energía que la nueva era ha alcanzado con el poder de bandas ya reconocidas como Radio Moscow, Wolfmother y Kadavar.


El enfrentamiento intergaláctico que sirve de portada al Trails of kozmic dust sirve de contexto ideal para lo que escucharemos en su interior. La ilustración realizada por Adam Burke y su Nightjar Illustration (quien ha trabajado para Ancient Warlocks, Bright Curse y Jess and the Ancient Ones) nos muestra a dos guerreros astrales luchando entre sí, pero el choque de sus espadas crea un agujero negro que podría ser el fin de todo lo que existe. De lo único que podemos estar seguros, es que al cruzar su borde y bajar la aguja, terminamos engullidos por un orgasmo cósmico que hace explotar las neuronas entre notas insistentes y líricas magnéticas.

Sin temor a exagerar, en este disco escuchamos a otro Cloud Catcher en comparación a su álbum debut. Como si se tratara de otra banda, el power trio se transforma para llevarnos a un paseo estelar lleno de tormentas eléctricas y supernovas brillando sobre el vacío total. Sin frenar un solo segundo, el grupo nos receta un bombardeo constante de riffs que sirven de base para la furia de solos de guitarra que nos golpean sin piedad a cada tema. Mientras el bajo retumba la tierra bajo nuestros pies, levantamos la mirada para ver caer la lluvia de meteoritos que la batería provoca con su salvaje ritmo. Y si todavía no logran imaginar este ruido, escuchen "Astral warlord", track inicial del Trails of kozmic dust.

"Astral warlord", streaming desde la página de Bandcamp de Cloud Catcher:


El ruido provocado por los amplificadores comienza a crecer hasta que en su eco nace una agitada melodía llena de relampagueantes figuras. Entre los destellos escuchamos la historia de un guerrero cósmico durante su batalla final hasta que todo queda reducido a un electrizante duelo entre los instrumentos que no dan ni un segundo de tregua. Las estrellas chocan inevitablemente hasta quedar reducidas a ceniza, polvo estelar que dará vida a un nuevo cuerpo celeste que formará parte del ejército universal que pelea contra la obscuridad. 

  A través del proyecto de la página electrónica de The Devil's Own y su organización de presentaciones, podemos observar el poder de Cloud Catcher en vivo. Un golpe sobre el platillo y todo se vuelve una explosión sonora sin freno que logra captar lo que es hoy en día un power trio. Largas cabelleras se agitan mientras millones de notas son vomitadas por las bocinas, dardos que se clavan en la piel hasta que es erizada por la intensidad de la interpretación. Los dedos serpentean por los mástiles de los instrumentos a la velocidad de la luz, los golpes de las percusiones nos hacen entender lo complicado que es salir de la estratósfera y los gritos nos recuerdan la guerra que viven los astros desde tiempos inmemorables. 


Ésto es Cloud Catcher: energía, cosmos y jam session. Por difícil que pudiera resultar, Trails of kozmic dust logra capturar la esencia de la banda sobre los escenarios y nos comparte un poco del monstruo sonoro que son hoy. Tal es la calidad del grupo que han tenido la suerte alternar con gente del tamaño de Medusa, Ape Machine, Mondo Drag, Khemmis, Castle, los mexicanos The Risin' Sun y, por supuesto, Slow Season. Con estos antecedentes, será imposible que se resistan a escuchar este fabuloso disco, un material que sin duda refrescará la escena del hard rock y les volará las neuronas en millones de pedazos...


lunes, 24 de abril de 2017

Tempelheks : guitarras noruegas entre serpientes y ritos paganos


Tras la destrucción de la Atlántida, diversos pueblos se fueron estableciendo en los nuevos territorios que emergieron de las aguas hasta que con el paso de los años se conformaron diversas civilizaciones bajo una época conocida como Era Hiboria. Fue en estos tiempos cuando un cimmerio se embarcó en una serie de aventuras que lo llevaron a convertirse en el rey de Aquilonia. Este hombre de gran corpulencia y fuerza guerrera comparada con la del león conocido como Conan el bárbaro, se hizo conocido por enfrentar a los hechiceros Thoth-Amón y Kharam-Akkad y por convivir con hermosas  y heroicas mujeres como Red Sonja y Belit...

Si estas historias les son familiares, es porque forman parte de los relatos hechos por Robert E. Howard, escritor norteamericano de la década de los 30 que creó las bases para la fantasía épica y el sub-género conocido sword and sourcery. Dichos cuantos han servido desde hace muchos años de inspiración para las líricas de diversas bandas que juegan con épocas ficticias donde se entremezclan antiguas culturas paganas, el ocultismo y tierras olvidadas. Uno de los distintos proyectos basados en estos cuentos es el de Martin Horn Sørlie, un joven noruego que a la edad de 14 años comenzó a escribir canciones por medio de la lectura de las viejas historietas que contenían las narraciones de Conan el bárbaro y Kull de Atlántida con la intención de completar sus melodías creadas bajo el gusto por el black metal, el hard rock setentero y el occult rock del nuevo siglo.


Bajo el nombre de Tempelheks (el templo de la bruja, en noruego), el joven creó su proyecto musical y se hizo conocer como H.S. Fue hasta 2013 que publicó un EP con cuatro temas titulado Red Forest con el que comenzó  a llamar la atención del mundo subterráneo de los suburbios de Oslo, lo que lo llevó a la necesidad de conformar una banda con sus amigos para llevar a los escenarios lo mostrado en la grabación.Así es como nos encontramos con Sindre Andre Øhman en la guitarra eléctrica, Espen Sande Larsen en el bajo y Andreas Prestby en la batería.

El sonido de Tempelheks nace por la fascinación de H.S. hacia Uncle Acid & the deadbeats, banda que rescató los sonidos análogos del viejo proto-doom de principios de los años setentas (Black Sabbath, Coven, Pentagram) y los revistió con historias de terror, hechicería y ritos satánicos. Sin embargo, el noruego y su banda sumaron a dicho estilo la fuerza de las guitarras distorsionadas muy cercanas al stoner metal y un particular tono vocal que lograría una combinación perfecta con las historias de Robert E. Howard.


Tempelheks publicó en agosto de 2014 su álbum debut, un material ahogado en melodías monótonas que trataban de hipnotizar al escucha mientras las bocinas terminaban desgarradas por los acordes hirientes y pesados. Con diez temas que conforman casi una hora de cantos rituales cercanos a mantras orientales que crean a su alrededor densas atmósferas perfectas para hablar sobre leyendas fantásticas de tiempos olvidados, la banda establece sus principios sonoros que se convertirían en un estilo bastante definido, y por consiguiente, propio y original.

Luego de promocionar su primer disco por Noruega y publicar un material compartido con sus compatriotas de Steinsopp con el nombre de Soothsayer, la banda se dedicó a trabajar en lo que sería su segundo álbum y en conseguir una disquera que los ayudara a promocionar su música. Gracias a ello, en agosto de 2016 salió Serpents, gods and men a través de Heksekunst Productions, sello que también maneja a grupos como Hymn y Dunbarrow. 


A diferencia del álbum debut, Serpents, gods and men es un disco más maduro no sólo en las composiciones de la banda, sino en su propio sonido gracias al trabajo en los controles técnicos de Jørn-Arild Grefrud quien logró una profundidad en el cuerpo sonoro de las melodías y una mayor claridad en cada uno de los instrumentos que construyen el ruido característico de Tempelheks. Los diez temas del material discográfico van envolviendo a quien lo escucha como si tratara de una tormenta de arena que satura los sentidos, canciones crudas que por momentos retoman los sonidos desérticos del oriente medio y crean profundos himnos dedicados al encuentro de misteriosos personajes con un fascinante mundo mágico y desconocido.  

Un denso y rasposo riff de guitarra se escapa por las bocinas y rápidamente se incrusta en las neuronas, haciendo que el cuerpo se llene de obscuros sentimientos y una ansiedad imposible de controlar. El resto de los instrumentos acompañan la tétrica melodía hasta que una voz sacerdotal nos habla de olvidados rituales ocurridos en viejos baluartes y que son ofrecidos a misticas entidades animales para despertar obscuros poderes. Así es como suena el segundo sencillo del Serpents, gods and men bajo el nombre "Cobra", tema por momentos truena en los oídos como un muro de sonido impenetrable y que en otros la melodía asemeja a un cuchillo que corta sin clemencia su ritmo, logrando así una canción que atrapa la atención y suelta su veneno en las venas para convertirnos en sus irremediables víctimas.

En noviembre de 2016, el canal de YouTube de Heksekunst Productions publicó el video de "Cobra", trabajo visual realizado por Erik Alm a través de Trøbbel que nos muestra a un grupo de hombres ocultos bajo pesadas túnicas que realizan una ofrenda a los poderes del mal a través del sacrificio de una bella mujer. Velas, incienso y cráneos acompañan al fuego de las antorchas que se refleja en las viejas paredes de un antiguo templo de piedra mientras una sacerdotisa hunde el cuchillo ritual sobre el cuerpo de la víctima y la sangre corre sobre el altar sagrado, logrando así despertar a los poderes de la noche.

Entre las obscuras imágenes del rito podemos entrever las largas cabelleras de los integrantes de Tempelheks moviéndose al ritmo de la música, pero ahí descubrimos a una nueva cara. Una vez terminadas las grabaciones del  Serpents, gods and men, el rubio bajista Espen Sande Larse salió de la banda, tomando así el puesto vacante el bigotón Magnus Døssland. Desde entonces, la banda noruega busca reconstruir su sonido por medio de lo alcanzado en sus dos materiales de estudio para llevarlo a los escenarios de su país y, si las oportunidades se abren, más allá de Escandinavia.


La historia de la gran cobra sirvió como inspiración para que el artista gráfico David Paul Seymour creara una imagen perfecta que sirviera de portada al Serpents, gods and men, excelente elemento que sirve como un punto extra al material discográfico. El intimidante aspecto de la gigante serpiente de venenosos colmillos que lucha contra el temerario guerrero logra transportarnos al universo lírico de Tempelheks, hacia aquel espacio ficticio donde se desarrollan historias sobre hechicería y sacrificios humanos que abren portales a fuerzas malignas y poderes ocultos. Quizá estos temas se hayan convertido en referentes muy recurrentes en la música pesada de la última década, pero existen bandas que logran darle un giro delicioso y ofrecen nuevas posibilidades al género.  Ahora Noruega nos ofrece a Tempelheks, que quizá junto con la distorsionada acidez de Purple Hill Witch, forma parte de esos pocos grupos que enriquecen el panorama musical que hoy llamamos "occult doom", música de acordes pesados que despiertan a la obscuridad y la maldad a través de melodías hipnóticas imposibles de olvidar que arañan el alma y envenenan las emociones...


viernes, 21 de abril de 2017

Troubled Horse : el regreso de un esperado caballo sueco


Luego de un lanzamiento exitoso en 2012, Troubled Horse quedó a la deriva por varios años hasta que a principios de 2016 nos enteramos que la banda estaba componiendo y grabando material para lo que sería su segundo disco. Ahora todo quedaría bajo el control de Martin Heppich, quien además de ser el vocalista y letrista del grupo, él sería quien tomara las riendas de un caballo desbocado que había perdido el control tras un explosivo debut que brilló por luz propia (reseña-review), más allá de que Graveyard y Witchcraft se habían robado los reflectores del retro-rock sueco.

La salida de los hermanos Henriksson y de John Hoyles (para formar a Spiders y ahora con disco solista y en preparación de un nuevo proyecto llamado Big Kizz con Axel Sjöberg, ex-baterista de Graveyard), encerraron a Troubled Horse en un limbo de olvido y silencio. Heppich se empecinó en el proyecto y reclutó a Mikael Linder tras la salida de Hoyles en la guitarra, y ahora cuenta con  Jonas en la batería y con Tom en una segunta guitarra para resucitar a este problemático potro y soltarlo hacia las praderas de la composición  y los caminos libres de ataduras y prejuicios sonoros que han encadenado a la idea del "rock vintage" dentro de Europa, cánones que han marcado al rock alternativo en lo que va de este siglo.


Bajo el título sugerente de Revolution on repeat, Troubled Horse ha creado un segundo disco que critica a la sociedad que repite de manera interminable su historia, a la ambición del hombre que rompe con las grandes ideas y las promesas de cambio. Movimiento tras movimiento, todo regresa al punto inicial bajo el férreo control de líderes carismáticos y déspotas que anteponen sus intereses sobre el bienestar de los demás. Aunque todo pudiera quedar encerrado en el eterno retorno a lo mismo, el mensaje que nos deja al final Heppich y los suyos es que la única esperanza que se puede guardar está en las cosas simples de la vida que logran mantener un verdadero avance.

En este disco recién publicado a finales de marzo de 2017, Troubled Horse buscó ampliar las posibilidades sonoras de la banda, logrando así un álbum bastante bien balanceado. Revolution on repeat comienza con cuatro granadas iniciales: la arrasadora melodía de "Hurricane", las densas figuras de "The fifty ones", la agresividad roquera de "Peasants" y la remembranza sonora de "Wich way to the mob, siendo ésta última la que tiene el sonido más cercano al Step inside. "Track 7" y "Let bastards know" tienen sus raíces en el naciente metal de los 70's y el NWOBHM, aunque el álbum termina cambiando de dirección gracias a los sentidos arpegios de"Desesperation" y el sabor a proto-doom y occult rock de "The Haunted", tema que se acerca peligrosamente a los lineamientos establecidos por Graveyard y Witchcraft.


Lo que es notorio en este material es la gran calidad lograda en el sonido final, el cual alcanza una gran claridad en todos los instrumentos más allá de los decibeles a los que llega la banda cuando suben de intensidad. Por ello es digno de reconocer el trabajo de Chips Kiesbye y Henryk Lipp en los controles de los estudios Music-a-matic de Gotemburgo. Asimismo, la monótona voz de Martin Heppich en el Step inside es enterrada en el olvido con lo hecho en Revolution on repeat, ya que en los diez tracks del disco ofrece distintos colores y matices, lo que que habla de una evolución como cantante y un largo y cuidadoso trabajo de composición y grabación del mismo.

Para intentar explicar los cambios alcanzados por Troubled Horse, tomamos como referencia sonora el primer single del disco, siendo éste además su track inaugural. A principios de marzo fue lanzado "Hurricane" como sencillo del material, tema ideal para mostrarnos al agitado equino en que se ha transformado la banda. La batería marca un acelerado ritmo lleno de golpes insistentes que da pauta a un riff de guitarra entre acordes y la insinuación de una melodía. Sin embargo, en el momento que entra la voz sentimos el poder de la canción como si una ira reprimida saliera por las bocinas sin control. Una vez llegada la parte del solo de guitarra, el grupo nos receta una orgía de notas a través de un duelo a muerte entre Tom y Mikael. Termina el track y el oyente acaba vapuleado entre aquel final apoteósico de intensas figuras herederas del viejo NWOBHM y una fuerte frase que intenta tatuarse en la memoria: "I know you hate me, it doesn't bother me though".

A través del canal de YouTube de la disquera Rise Above Records, quien fue la que publicó el Revolution on repeat, se presentó el video promocional de "Hurricane". El trabajo visual fue realizado por Olle Forestam Wijkander y en él podemos ver a la banda tocando en un cuarto de ensayos mientras nos cuenta la historia de un oficinista que pasa su vida frente a la computadora. Ha llegado la hora de la salida para el trajeado, pero su atención llega a una puerta que desea abrir de manera desesperada. Unas cuantas llamadas por celular y la gente se comienza a juntar con la finalidad de entrar a ese espacio cerrado. Un certero golpe de mazo y el tumulto ingresa al lugar donde Troubled Horse hace explotar sus amplificadores Marshall y el deseo de silencio que busca la masa se convierte en violencia hasta que el poder cambia de manos.


Este es el nuevo sonido de Trouble Horse y ahora tendremos que esperar a escucharlo en vivo para saber cómo ha madurado la banda desde la salida de su álbum debut en 2012. Revolution on repeat es un disco bien armado en estudio, por lo que se antoja difícil llevarlo a los escenarios, pero el grupo a conseguido un bajista que los acompañe en la gira de promoción para completar el sonido básico del grupo. La ansiedad por escuchar nuevamente al problemático corcel sueco ha sido saciada gratamente, y lo que resulta una grata sorpresa, es que el nuevo material no se enclaustró en lo obtenido en el anterior, sino rompe con los límites que ellos mismos se habían impuesto y quiebran con los sonidos retro de toda la movida vintage europea. El disco es un verdadero tesoro y el tiempo le dará su justo valor...


miércoles, 19 de abril de 2017

Magnet : el nuevo hard rock vintage italiano


La disquera independiente Soulseller Records nos ha regalado varias joyas musicales que han valido la pena, álbumes de bandas que buscan hacerse de un lugar en el enorme universo que se ha construido en los últimos años alrededor de aquel monstruo de varias cabezas que llamamos rock. Por nuestras letras han pasado el Velvet skin de los españoles Lewis and the Strange Magics, el Tempora Infernalia de los americanos Demon Eye y el The vision de los italianos Psychedelic Witchcraft. Hoy llega a nuestros oídos algo publicado en este 2017: Feel your fire de Magnet.

Aprovechando una pausa que Virginia Monti le dio a su Psychedelic Witchcraft en 2016 para crear el proyecto Dead Witches con Mark Greening (ex baterista de Electric Wizard, With the Dead y Ramesses), el resto de sus integrantes decidieron formar una nueva banda que dejara a un lado el ocultismo clavado de Monti para crear un sonido más orientado al rock clásico y el heavy blues setentero. Fue así que en la mítica ciudad italiana de Florencia nació Magnet.


Sin compromisos pendientes, Riccardo Giuffré dejó el bajo eléctrico para tomar las voces y la guitarra  con la intención de componer nueva música. A su proyecto se sumaron sus compañeros en Psychedelic Witchcraft, el guitarrista Jacopo Fallai y el baterista Mirko Buia, a quienes finalmente se unió también el bajista Vanni Fanfani. Con esta alineación, se metieron inmediatamente a los estudios para registrar lo que habían logrado en sus primeras sesiones de trabajo, naciendo así su disco debut.

Feel your fire es un disco de ocho temas directos donde se puede detectar el gusto por el rock vintage muy al estilo de lo hecho a principios de este siglo por las influyentes bandas suecas Witchcraft de Magnus Pelander y Graveyard de Joakim Nilsson. Con una producción somera que se centra en registrar a la banda de la manera más directa posible, Magnet juega con los primeros instantes de la psicodelia para mezclarlos con aquel blues electrificado que sentó las bases para el futuro heavy metal. Es por ello que en varios instantes del material recordemos inevitablemente a Cream, Black Sabbath y Led Zeppelin, pero el sabor final del disco termina siempre con un gusto retro sin que sea un revival o una copia descarada de los clásicos.

Desde la desenfrenada "Little moon" y su confesión proto-doom que el estigma de Psychedelic Witchcraft les marca, hasta el embeleso rítmico de "Drive me crazy" y "Light" que establecen el estilo propio de la banda, Magnet no regala en Feel your fire un disco equilibrado que no sale mucho de sus propias fronteras y prefiere explorar sobre sus posibilidades creativas. Giuffre explota en diversos momentos con el poder de su guitarra para demostrarnos su gran calidad interpretativa, aunque por instantes esperamos que los temas nos anclen con algún estribillo o riff pegajoso imposible de soltar.

Sin embargo, si por algún momento pudiéramos pensar que Feel your fire es un disco vintage más dentro de la invasión del instante y la moda, encontramos instantes mágicos que nos hacen detener para volver a escuchar con calma. Sin lugar a dudas, el track que le da nombre al disco logra atraparnos, lo que no sorprende que haya sido escogida como sencillo promocional. Un riff de buena velocidad sirve de entrada perfecta a un tema que solicita el libre acceso a nuestro interior. La melodía no es muy distinta a la figura instrumental, por lo que todo se mantiene de manera incendiaria en una figura que no frena y que nos trae a la memoria al sonido logrado por bandas tan distintas entre sí como son los suecos Kamchatka y los franceses Doctor Doom. Sin embargo, a la mitad de la canción todo se transforma en un suave paseo onírico de sabores psicodélicos que nos lleva al recuerdo inmediato del "Planet Caravan" de Black Sabbath gracias a las tenues líneas marcadas por las guitarras. Poco a poco la intensidad sube nuevamente hasta una explosión final donde vale resaltar los golpes del bombo de la batería que terminan rebotando en nuestro pecho.


Como parte del lanzamiento de "Feel your fire" como single del álbum debut de Magnet, la banda publicó un video a través del canal de YouTube del propio Riccardo Giuffré. El trabajo visual fue realizado por BigHoax Studio y en él podemos ver como cae una aguja sobre un viejo disco de vinil. Unos acordes de guitarra sueltos y análogos se escuchan entre el scrash generado por la reproducción del acetato hasta que unos golpes sobre los platillos de la batería marcan el tiempo para que comience el tema. Entre velas y vinos, Magnet comienza a tocar en lo que parece ser una sala de estilo vintage. Cuatro greñudos bañados en luces multicolores hacen sonar sus instrumentos mientras arde el fuego dentro de la cálida chimenea.

Magnet se encuentra en promoción del su álbum dentro de su natal Italia, sin embargo, parece que el tiempo se les ha acabado muy pronto, pues una nueva noticia ha cambiado las cosas: Psychedelic Witchcraft ha firmado con Listeneable Records y ha anunciado un nuevo disco para otoño de este año. Mientras esto sucede, los oídos navegan en las aguas clásicas que Magnet ha propuesto, sonidos que alimentan el gusto por recuperar las tendencias sónicas de un pasado lleno de pasión y sentimiento con la intención de crear nuevas cosas...


lunes, 17 de abril de 2017

Empty Palace: un desconocido entre las estrellas


La primera vez que escuché el The serpent between the stars realmente me quedé impactado con la serie de sonidos que contiene en sus diez temas (además de sus intro y outro). El álbum debut de Empty Palace es un fuerte viaje entre el movimiento progresivo (especialmente en el krautrock), el hard rock atascado de teclados y el glam setentero lleno de diamantina y sexualidad. El disco no es sencillo de clasificar, y luego de escucharlo en repetidas ocasiones, uno le encuentra sentido a la propuesta sonora hasta tomar gusto por su ecléctico estilo.

Empty Palace nació tras el encuentro del vocalista y multi-instrumentalista  Patrick Houston y el baterista Jason Harrison Walker, pareja originaria de Alabama que luego de estar tocando en Denver y Portland, coincidieron con un bajista de Colorado llamado Karl Zickrick. Con esta base, se mudaron a Los Ángeles, California en julio de 2011 con la intención de crear un denso space rock que, según su propia descripción, incluyera guitarras masculinas, chillones teclados Hammond, coros andróginos del glitter rock y sintetizadores analógicos. 


La banda presentó su demo titulado Empty Palace EP en junio de 2013, momento en que habían sumado a sus filas al guitarrista Thomas Horrock y al tecladista Jesse Spring.  Gracias a este trabajo, la banda comenzó a tener reconocimiento en la costa oeste norteamericana, lo que les ayudó a conformar durante 2014 su primer disco, aunque la presión por hacerlo los fue llevando a un nivel muy alto de fricciones llevando a cabo modificaciones en la alineación de la banda. Al final de 2014, la grabación del material fue realizada por los primeros integrantes de la banda: Jason en la batería, Karl en el bajo y Patrick en los teclados, guitarras y voces. 

Fue hasta febrero de 2015 que la banda presentó el The serpent between the stars, material que fue compartido de manera electrónica a través de su página de Bandcamp y por la edición en cassette realizada por la disquera Snappy Little Numbers. La portada del disco fue realizada por Garrett McGurer, trabajo visual que ya había sido promovido previamente desde la página de Facebook de Empty Palace donde se observa a una elegante mujer encerrada dentro de una pirámide virtual.


Los temas que escuchamos en The serpent between the stars se construyeron a lo largo de los cinco años anteriores a su publicación, canciones que fueron transformándose sobre los escenarios y las giras, entre los integrantes que formaron parte de la banda y el deseo por incorporar diferentes estilos sin que terminara siendo una copia del género. Es así que podemos escuchar teclados al estilo de Deep Purple o Uriah Heep, melodías fuertes al estilo de Black Sabbath o Led Zeppelin inspiradas en viejas películas conceptuales como 2001: a space odyssey de Stanley Kubrik o The holy mountain de Alejandro Jodorowsky, 

El disco contiene temas agitados como "Human trampoline" que recuerda por momentos al estilo de Glitter Wizard o "God-shaped hole" con su ligero sabor a NWOBHM como lo ha hecho en sus últimos dos discos Horisont. Sin embargo, el álbum orbita sobre momentos electrónicos de la escuela de Tangerine Dream y el rock progresivo espacial de los años setentas que se entremezclan con juegos pop como en "Separation sequence", aunque hay otros instantes que el viaje se vuelve ácido como el que se escucha en "Between the stars" y que juega con los espacios que el subconsciente deja en la mente.


El punto intermedio dentro de los extremos sonoros de Empty Palace está en "Unknow unknow", tema que juega con los teclados espaciales mientras una guitarra cósmica nos toma de la mano para realizar un viaje estelar con ella. Luego de la galáctica introducción, el tema se convierte en una melodía suave que recuerda inmediatamente el glam de Marc Bolan y su T. Rex o la época astral de David Bowie con su Ziggy Stardust. El teclado construye un hermoso telón de fondo mientra el bajo eléctrico y la batería construyen una entrelazada figura de tiempos rebuscados y confusos. Conforme van pasando los cuatro minutos que dura esta hermosa canción, descubrimos la imaginación que tiene Patrick Houston para la composición, pues los distintos cambios dramáticos que logra en este track podrían hacernos pensar en las pequeñas óperas rock que fueron inmortalizadas por Queen a finales de los años setentas. 


Para llevar esta pequeña maravilla a la interpretación en vivo, era necesario conseguir más músicos que estuvieran empapados en el concepto sonoro de Empty Palace. Fue así que de manera intermitente han participado nuevamente el guitarrista Thomas Horrock y el tecladista Christopher Hurt, con la intención de llevar a la gente la grandiosidad de lo registrado en el The serpent between the stars. 

Desde entonces, Empty Palace ha estado promoviendo el disco y, según lo poco que han publicado en su página de Facebook, se encuentran trabajando en nuevo trabajo visual y en temas que podrían formar parte de un próximo álbum. Por lo pronto, regresamos el radar a este agujero de gusano que no ha sido tomado en cuenta, una obra cósmica de gran valor que requiere ser recordada y disfrutada por su gran calidad, una estrella que brilla con luz propia que permite viajar a mundos hermosos y desconocidos...


viernes, 14 de abril de 2017

Telekinetic Yeti : una fuerte tormenta eléctrica desde Iowa


Un grupo de hombres cubiertos por túnicas se colocan alrededor de la boca de una montaña para realizar un ritual quizá pagano, quizá satánico. La luz que en el interior emana nos indica de la magia que ahí radica mientras contrasta con el manto estelar que cubre la escena. La naturaleza ha despertado al morbo del hombre, la búsqueda por descifrar lo desconocido desarrolla la imaginación del humano hasta llevarlo a dotar de entidad física a lo inexplicable.

Gracias a esta magnética ilustración realizada por Antoine Defarges, nos encontramos con el álbum debut de Telekinetic Yeti que fue publicado de manera independiente en marzo de 2017 y que rápidamente ha logrado buenos comentarios por los distintos medios especializados en stoner y doom. Así como logró Headbang Design llamarnos la atención con sus portadas para excelentes bandas como Sasquatch, Freedom Hawk, Goatfather y Lizardmen, hoy el poder la imagen busca arrastrarnos hacia las fauces de la mítica bestia de los bosques nevados y sus sonidos distorsionados. 


Inspirados en aquellas bandas integradas por tan sólo dos músicos que combinaran cuerdas y percusiones, en la pequeña ciudad frente al río Mississippi de Dubuque, en Iowa, Estados Unidos se unieron el baterista Anthony Dreyer y el guitarrista Alex Baumann. Rodeados de amplificadores Orange, la pareja de greñudos y barbudos creó un monstruo sonoro de gran densidad que fácilmente nos podría recordar a viejos colosos como Sleep o Kyuss en mezcla perfecta con la experimentación auditiva de los ingleses Royal Blood; recordándonos un poco al sonido logrado por Year of the Cobra o Cardiel

Una vez que tuvieron un puñado de temas completos, Telekinetic Yeti se trasladó de "The Key City" al pequeño poblado de Lone Tree (también en Iowa) para meterse a los estudios Flat Black y grabar lo que sería Abominable, un disco de ocho tracks mezclado por Luke Tweedy y masterizado por Carl Saff que lograría captar la atención de los amantes de los acordes que rompe tímpanos y los sonidos cavernarios.


El álbum debut de Telekinetic Yeti abre con "Abominable", que además de darle título al disco nos muestra el punto fuerte de la banda, pues luego de encender los amplificadores y escupir feedback, los acordes distorsionados de la guitarra mediante un arsenal de efectos y pedales siguen los salvajes golpes de la batería, mismos que parecen una caída de meteoritos. Tras el estruendoso inicio del material, el disco se debate entre crudos temas instrumentales (como "Electronaut" de hipnótico riff desgarrador o la enigmática "Colossus") y los temas de breves líricas como dardos envenenados que logran hacer volar la imaginación (como el primer single "Stoned and feathred" y la abismal "Lightbearer").

La pareja de Iowa aprovechó el poder de las redes sociales y logró dar su primer golpe cuando publicó el primer día de 2017 a través de su canal en YouTube el video promocional de "Stoned and feathred", trabajo visual grabado y editado por Joe Gibbs que nos muestra a la banda rodeada de amplificadores y de una tenue neblina mientras la música nos explota en las neuronas. Tatuajes a media luz, una batería transparente y una que otra simetría vintage logran transportarnos a un universo muy lejano.

"Coloca las alas del viento en nuestras velas, guíanos a la inmortalidad.
Gloria y eternidad, tómanos por los hombros y llévanos a la victoria..."

"Stoned and feathred" es una verdadera tormenta eléctrica que nos cae del cielo y nos deja impresionados con su fuerza y su resplendor. La guitarra eléctrica va desde el fuzz heredero del stoner más fundamental hasta el juego ilimitado del POG de Electro-Harmonix, sin olvidar el obligatorio pedal wah para completar el repertorio de efectos. La batería golpea sin piedad mientras construye un soporte al monstruo electrificado de seis cuerdas, logrando al mismo tiempo crear un bombardeo del que será difícil escapar.


La mezcla que hace Telekinetic Yeti entre los fuertes acordes del stoner metal con algunas figuras del doom logra hacer puntería en las almas que buscan sacudir la tierra a punta de guitarrazos y fuertes golpes de percusión. La energía tribal que se respira en la base de su proyecto logra transformarse en un flujo de cargas eléctricas que provocan poderosas señales, música que integra lo primitivo del golpe con la modernidad de la distorsión a través de un amplificador. El sonido nos ha movido para estar frente al helado gigante, sin razón aparente su ruido ha logrado atravesar nuestro cuerpo para hacernos volar sobre la obscuridad del abismo y lo desconocido...



miércoles, 12 de abril de 2017

The Dahmers : garage a sangre fría


Cuando conocimos la historia del "carnicero de Milwaukee" simplemente nos horrorizamos. Ver aquella película de 2002 dirigida por David Jacobson y protagonizada por Jeremy Renner fácilmente podría impactar a cualquiera con su guión, pero al saber que está basada en algo real, realmente deja en shock. Una fuerte obsesión por tener posesión y control sobre las personas, llevó a este hombre a inyectar ácido en el cerebro de sus víctimas con la intención de convertirlos en zombies o simplemente matarlos cuando se negaban a estar con él, llegando ha cometer actos de canibalismo, mutilación y necrofilia. Escribir el nombre de Jeffrey Dahmer nos lleva a recordar a uno de los más mórbidos asesinos seriales que hayan existido, uno que logró muchas de sus atrocidades a través de su imagen sumisa e inocente detrás de unas grandes gafas.

Durante el año de 2011 en un pequeño lugar al sur de Suecia llamado Bromölla, cuatro jóvenes decidieron tomar el apellido de este monstruo para nombrar a su banda y para dar una orientación sobre lo que podríamos escuchar en sus letras: asesinatos, historias de terror, violencia y mucha, pero sangre. Sin embargo, para hacer más digerible su concepto, The Dahmers basaron su estilo a través de la agresividad del viejo punk con el rock garage del nuevo siglo hasta lograr un sonido crudo, directo y arrasador.


Cuando vemos a cuatro tipos vestidos con trajes de esqueleto, el recuerdo nos lleva al mítico Festival de la Isla de Wight de 1970 y la manera en que salió al escenario el bajista John Entwistle con The Who. Sin embargo, hoy tenemos a estos salvajes suecos que sacan su lado más mórbido con terribles cuentos dignos para películas de serie B pero que al final nos terminan inyectado de su adrenalina y su ritmo adictivo al más puro estilo sueco.

La banda se mudó a Kristianstad y desde entonces ha publicado varios EP para promover sus diminutas e infecciosas melodías: primero su Demo y The beyond en 2012, luego Terror on wheels en 2015, Blood on my hands de 2016 y finalmente Nightcrawler en 2017. Sin embargo, no todo ha quedado reducido a singles y pequeñas grabaciones, ya que The Dahmers presentó su álbum debut llamado Demons en 2014 por medio de la disquera Farsot y hace unos días su segundo disco titulado In the dead of night a través de Lövely Records.


Con una discografía tan nutrida en tan pocos años de carrera, nos hace preguntarnos cómo era posible que no pasaran por el radar de Earthquaker, sin embargo su hallazgo ha sido agua fresca para quienes buscan aquel rock sin ataduras que puede hablar de lo que sea por medio de acordes directos, veloces e hirientes. Si ha esto le sumamos una colección de videos grabados bajo el esquema de la reproducción en VHS que cuentan tétricas historias en coincidencia con la atmósfera malsana que recuerdan el estilo de Church of Misery o Uncle Acid & the deadbeats, se hace imperdonable no compartirlos.

Para intentar explicar lo que escuchamos al bajar la aguja sobre cualquier material de The Dahmers, podemos escribir que ellos beben directamente de la agresividad del punk clásico de bandas como The Damned, The Adicts, The Ramones, los Misfits de Danzig y los primeros The Clash. Por si esto fuera poco, retoman un poco de la fuerza y la velocidad del heavy metal de los primeros discos de Mötorhead con las twin-guitars de Thin Lizzy para terminar recuperando la explosividad del garage sueco de los fundamentales The Hellacopters de Nicke Andersson y los mediáticos The Hives.


Hemos escogido como perfecto ejemplo de lo que pueden encontrar si se sumergen en la roja bañera de The Dahmers al single "Blood on my hands", tema de tan sólo tres salvajes minutos lanzado en octubre de 2016 que logró convertirse en una de las 50 mejores de la radio en Suecia de dicho año (una de las pocas de rock, cabe mencionar). En palabras de la propia banda, esta canción está inspirada en los textos de Psycho y Dr. Jekyll and Mr. Hyde en la cual se cuenta una terrible historia sobre un asesino esquizofrénico tratando de enfrentarse a sí mismo y a la realidad.

El single está basado en un ritmo agresivo de sonido crudo que se aferra al cerebro para partirlo en dos, una melodía construida con toda la intención de marcarte de por vida. Las estrofas son cortadas insistentemente por el cuchillo del criminal hasta que se queda clavado en las neuronas, aunque las figuras del bajo terminan por hacernos caer a los pies de la banda al confesar su pasado rock-a-billy innegable. Luego de cada estribillo, el tema toma un respiro gracias a un pequeño lapso de tiempo donde una ligera guitarra acústica y un bajo distorsionado que se toman de la mano para crear una danse macabre, pero una vez hecho eso, lo único que logran es aumentar el suspenso hasta hacernos gritar.

"Estoy viendo rojo, veo tu rostro en la hoja de mi cuchillo. Ahora pierdo el control y salgo por la noche vestido de negro. No puedo ver nada mas que fantasmas del pasado en mi mente, no puedo ver nada más otra vez. Soy un asesino de sangre fría, una criatura de la noche. No me puedo controlar a mí mismo ni a los demonios que hay en mi mente. Se está arrastrando por la noche desde las sombras de mi interior- Tengo sangre en las manos y no puedo liberar mi mente..."

Un mes antes del lanzamiento del EP, The Dahmers publicaron a través del canal de YouTube de la disquera Lövely Records el video de "Blood on my hand", el cual fue realizado por David Forsberg. Tras un recomendación para que no sea visto por menores de 18 años como se hacía en las viejas películas de antaño, observamos una cinta Super-8 o VHS con la banda tocando entre luces de colores psicodélicas y al fondo de un pequeño pasillo a un personaje con una máscara de bruja que sorprende a un joven que merodea por la casa abandonada. La sangre salpica la pantalla mientras el cuchillo no para de entrar en el cuerpo moribundo. Cráneos bañados en el líquido rojo, una araña tendida en el vacío y las manos manchadas de delito. La batería Ludwig no para de golpear al ritmo del asesino y los hirientes acordes de las guitarras Flying V y Les Paul hasta que inesperadamente cesa el ruido y el rostro oculto nos mira a los ojos... ahora sabemos que nosotros seremos las siguientes víctimas.


Mientras masticamos el reciente In the dead of night y sus diez temas donde se pueden escuchar uno que otro teclado y canciones que juegan con otros ritmos más allá de lo logrado por la banda en materiales anteriores, le damos tiempo a The Dahmers para presentar su nuevo disco en los escenarios de Suecia y Alemania con la intención de esperar la maduración del material ante el publico. Por lo pronto, hoy disfrutamos de la crudeza que ha distinguido al grupo con sus historias terroríficas de violencia y muerte junto con su sonido analógico y adictivo...


Y para que no se queden con las ganas a de saber cómo se escuchan en vivo... The Dahmers sobre el escenario!!!


lunes, 10 de abril de 2017

Tropical Doom : el vuelo de una obscura gaviota


La mirada sube al cielo y una mórbida gaviota nos invita a volar junto con ella. Una vez sobre sus alas, el ave surcando sobre profundos paisajes sonoros y abismos ahogados en temor y obscuridad. Su irritante canto se convierte en un ruido distorsionado que funde los tímpanos a través de fuertes escenas que sólo aquella línea imaginaria bautizada por los hombre del sur como Trópico de Capricornio puede inspirar. Su vuelo se convierte en electricidad que devora todo a su paso, y como si se tratara de un ácido baile sobre notas agresivas, termina clavando su pico sobre la piel hasta arrancar los sentidos...

Hace unos días nos enteramos que los brasileños de Tropical Doom, aquella gaviota de agresivos sonidos. están en los estudios de grabación construyendo su siguiente material; así que para preparar el terreno con este pretexto ideal, hemos decidido compartirlos con aquellos que no han tenido la suerte de escucharlos y repasar su breve historia en unas cuantas líneas con la intención de saber qué podemos esperar sobre ellos en los próximos meses.


En la industrial Curitiba, capital del estado brasileño de Paraná, se juntaron cuatro chicos con la intención de formar una banda de sonidos pesados y distorsionados con base en el stoner, ampliando el rango de su estilo desde el  hard rock hasta el doom metal. Como si el mundo se fuera a terminar al día siguiente, los jóvenes se reunieron inmediatamente en el pequeño estudio que tenía uno de ellos para definir su estilo y comenzar a componer material propio.

Esta "condena tropical" se integró por cuatro compañeros de la universidad, que sin miramientos ni tiempo qué perder, tomaron los instrumentos para soltar la imaginación y su deseo por hacer un heavy doom de sabores propios. Joao Farah en el bajo y vocales, Rodrigo Kohntopp y Sergio Sone en las guitarras eléctricas y Pedro Valente en la batería le dieron cuerpo a una pesada bestia voladora hambrienta por oídos ansiosos por propuestas frescas y llenas de coraje.


Fue así que en marzo de 2015, Tropical Doom publicó de manera independiente su álbum debut, disco de ocho temas cargados de furia, coraje y muerte como resultado de una paranoia que llega hasta la locura, misma que es provocada por la obscuridad que tiene todo lo que nos rodea como del propio hombre y sus demonios internos. Es así como podemos escuchar cosas tan desérticas como "Down in Peña" hasta la densidad aletargada de "Jellyfish death" y sin olvidar la intensidad melódica de "Date murder" con su mágica introducción inspirada en suaves figuras de jazz.

Exactamente un año después, la banda brasileña presentó su Mangue, disco compuesto tan sólo por cinco canciones que muestran una mayor integración entre los miembros del grupo y una maduración en las composiciones. Este material nos muestra la vena más proto-doom y ácida de los de Curitiba con "Far sight" o el inicio de "Roadkill meal", aunque la sorpresa llega cuando escuchamos la facilidad que tiene la banda para pasar de un lento rasgueo muy doomy hacia figuras agresivas herederas del stoner metal.


Para darnos una idea de lo que es el concepto sonoro de Tropical Doom, compartimos "Red light bandit", tema del primer disco que desde sus primeros segundos nos infecta con su riff hiriente lleno de intención. Los cambios melódicos que se van desarrollando durante sus cinco minutos y medio nos dan cuenta de lo que es capaz la banda, ritmos que fácilmente llegan a puntos de encuentro y transforman la canción de manera natural. Las guitarras marcan la figura principal mientras el bajo se queda al centro creando el soporte para el tema, la batería marca el tiempo con ritmo entrecortado y la grave voz de Farah se levanta sobre el muro de sonido para entonar un asesino canto sobre odio, sangre y muerte.

"Red light bandit"  a través de la página de Bandcamp de Tropical Doom...
https://tropicaldoom.bandcamp.com/track/red-light-bandit

A falta de un video promocional de la banda, hemos decidido tomar como muestra visual de lo que hace Tropical Doom un extracto de su presentación en vivo grabada el 09 de agosto de 2016 para Studio Tenda, un canal de YouTube con un programa semanal que tiene el objetivo de compartir la escena underground del Brasil. Gracias a dichas imágenes podemos comprobar el poder de la banda y su calidad interpretativa, ambas muy cercanas a lo que se escucha en el álbum. Las guitarras de Rodrigo y Sergio desgarran las bocinas mientras las cuerdas vocales de Farah hacen vibrar la tierra junto con su bajeo. La batería golpea hasta obligar al corazón a seguir su endemoniado ritmo mientras la distorsión del fuzz cimbra la escena.

"La bufanda está puesta, luz roja viene por ti hasta tu gran casa. Robando más que tus pertenencias, tomaré tu alma porque soy tu sueño más obscuro. De alguna manera deseo que entiendas mi desgracia ya que cargo con seis muertes, así que no me jodas, estoy lleno de odio. Rompo la cerradura y empujo la puerta, estoy buscando mi siguiente víctima. Observo tu miedo mientras los tiempos obscuros se acercan. No hay nada que que puedas hacer para salvar tu alma de esta miseria. De alguna manera entenderás que tú alimentas mi apetito de un dolor sin fin, así que nos vemos en el infierno esta noche... Las balas se deslizan a través de tus rodillas, de tu pecho, de tu cabeza y tu cuello. Observo al suelo y hay sangre por todos lados. Tu muerte me da vida hasta sentirme sano. Aquí no hay compasión, me perteneces y tu fe no te salvará de tu destino lleno de sufrimiento."

Gracias al poder de las diferentes plataformas electrónicas y el poder ilimitado de las redes, Tropical Doom ha llegado a nuestros oídos. Muy pronto tendremos nuevo material de los brasileños, así que habrá que esperar un poco para que esta sangrienta gaviota levante el vuelo y nos regale una nueva mirada a su obscuro y desgarrador abismo...